La influencia del budismo se ha ejercido en China a través de ocho siglos de intercambios entre indios y chinos. El budismo ha influenciado en cierta medida el arte, la religión, la filosofía, las prácticas espirituales y las prácticas físicas, incluidas las artes marciales.
La historia atribuye una gran importancia al monje budista Bodhidharma, Da Mo en chino, que implantó el Dhyana, que significa meditación en sánscrito y que en chino derivó en la palabra Chan, que designa una corriente de pensamiento que sintetizó más tarde las influencias budistas y taoístas. El Chan se encuentra en el origen de la palabra Zen y de la prolongación de esta corriente en Japón.
Taisen Deshimaru, el monje japonés que contribuyó en los años 70 a desarrollar el Zen en Francia, contaba la leyenda japonesa sobre el origen del té: fueron los propios párpados que Bodhidharma se había arrancado los que brotaron del suelo, creándose el árbol del té con el fin de despertar a los monjes que meditaban.
Da Mo Sardili, pequeño príncipe del sur de la India , nació hacia el año 483 y fue invitado por el emperador de China, como muchos otros monjes indios de la época, a predicar la doctrina. Fue en el año 526 ó 527, bajo el reino del emperador Liang Wu de la dinastía de los Liang, cuando Da Mo llegó y fue presentado al emperador a quien no le gustó su doctrina. Da Mo se refugió entonces en el monasterio de Shao Lin, construido en el año 377 y situado en la provincia de Henan, sobre el pico Shao Shih de la montaña Sonn.
En esta época nació una tradición marcial entre los monjes de Shao Lin que conoció un gran desarrollo. ¿Qué había sucedido?
La historia cuenta que Da Mo constató el estado de debilidad física en el cual se hallaban los monjes, y se dice que el maestro se retiró 9 años a una gruta para meditar. Cuando salió de su retiro había escrito dos libros de los cuales sólo tino se conserva, el Yi Jin jing o «Tratado para ejercitar los músculos».
El otro libro, el Sí Souei Jing o «Tratado del lavado de las médulas» no subsistió, pero se ha conservado la técnica de Qi Gong que lleva este nombre.
El Yí Jin Jing se ha convertido en una serie clásica de 12 ejercicios de Qi Gong que durante mucho tiempo ha permanecido secreta; sufriendo modificaciones a lo largo del tiempo.
La más célebre de ellas es la creada por el general Yenh Fei que vivió bajo la dinastía de los Song (1. 104-1.142). Con el fin de entrenar a sus soldados que encontraba físicamente débiles, compuso el Shi Er Dun jín: las «121 piezas de seda», a partir de los ejercicios de Da Mo. Estas 42 piezas de seda» se practican aún hoy,, así como su modificación tardía en Baduan Jín: las «8 piezas de seda».
Yang Jwing Ming menciona que es a partir de las « 12 piezas de seda» que surgieron dos estilos clásicos de artes marciales: el Hsing 1 y el Uu Ho Ba Fa ( 9 l ).
Bajo el impulso de Da Mo del templo Shao Lin, los monjes practicaron ejercicios de «Yí Jin Jing» que, en su forma moderna, son aún hoy muy populares en China.
A partir de esta época, los monjes se fortalecieron y desarrollaron una forma de arte marcial inspirada en los 5 animales. Estos animales, diferentes de los de Flua Tuo, a pesar de que existen algunas similitudes y puntos comunes, son: el tigre, el leopardo, el dragón, la serpiente y la grulla. Se convirtieron más tarde en el emblema propio que designaba a cinco estilos de Kung Fu, en el marco de las artes marciales.