Proveniente del Sur de la India llegó a China bajo el reino del emperador Wu del Liang (502-549 d.C).
Antes de llegar a China Da Mo (Boddidharma, monje de origen indio vigésimo octavo patriarca del budismo) ya había realizado tres periodos de meditación intensa.
En un tiempo en el cual el budismo estaba atravesando un periodo de rápido crecimiento, el abad mayor puso un cartel en la puerta principal del monasterio convocando a monjes para ir a China a transmitir el budismo; muchos monjes y discípulos leyeron el anuncio, pero ninguno se ofreció como voluntario. Da Mo miro el aviso y lo arrancó en seco, por lo que fue llevado con el abad mayor quien secamente le dijo: " El peso de esta tarea es más grande que una montaña ¿Podrás cargarlo?". A lo que Da Mo respondió : " Serviré al Buda con todo mi corazón". El Abad continuo "¿Y si fallarás?". Da Mo contesto: "De acuerdo a nuestras reglas seré castigado al ser mi cuerpo aplastado sin remordimientos". Después de escuchar sus respuestas y ver la determinación de su espíritu, el abad permitió a Da Mo viajar a China con el Budismo.
Al llegar a China, Da Mo pasó por Guangzhou (Cantón) y después fué a Nanjing (Colina Dorada). Da Mo después de un tiempo decidió dirigirse hacia el norte para encontrar un lugar donde establecerse y comenzar a transmitir su enseñanza. El día que decidió dejar Nanjing y cruzar el río Changjiang (Yangtze o río Azul) para dirigirse al norte, las personas del lugar hicieron, deliberadamente, zarpar todas las naves con la intención de poner a prueba al monje extranjero. Cuando Da Mo llego al río y observo que no había un solo bote disponible, pero que ambos lados del río se había reunido gran cantidad de personas que habían venido a verlo cruzar. Da Mo intuyendo qué estaba pasando miró a su alrededor y vio a una anciana que sostenía un junco; Da Mo se acerco a ella y juntando sus manos se inclino en señal de reverencia y pidió prestado el junco a la señora explicándole que deseaba cruzar el río de 400 metros de ancho. Cuando la mujer le dio la caña Da Mo camino hasta la orilla y coloco el junco en las aguas del Changjiang, puso sus manos juntas, su mente en calma y su mirada dentro de sí, colocó ambos pies en el junco y comenzó a cruzar el enorme río impulsado suavemente por la brisa del sudeste mientras hacia una reverencia despidiéndose de la anciana.
Hoy construido frente al salón de los héroes enjoyados hay una tableta de piedra en la cual esta grabada la figura de un monje; tiene cejas pobladas, ojos grandes, pómulos prominentes, cara afilada, con barba y bigote poblados, grandes aretes en sus oídos, y sus pies descalzos apoyados en un junco, mientras cruza un río.
Al llegar a Songshan (la montaña central de China) Da Mo se estableció en Shaolin para iniciar con su enseñanza. Hacia el norte del monasterio a medio camino hacia la montaña de los cinco animales, hay una pequeña cueva, del tamaño de un cuarto pequeño, la cual mira directamente hacia el sol. Al inicio de su vida en Shaolin, Da Mo solía escalar la montaña durante el día y sentarse en la cueva frente a la pared en estado de chana (meditación chan) y durante las tardes bajaba al monasterio a platicar de budismo con los otros monjes. Pero después de un tiempo ya no bajo al monasterio, si no que se quedo sentado frente a la pared, concentrado en lo fundamental. Así pasaron los años, y cuando se cansaba se ponía de pie, y comenzaba a hacer ejercicios, algunos imitando a los movimientos y estrategias de defensa de los animales que observaba a su alrededor, desarrollando lo que después se conocería como Gong Fu Shaolin (Kung Fu Shaolin); una vez que e el entumecimiento había desaparecido, volvía a la cueva, se sentaba, se deshacía de todo pensamiento y guardaba silencio.
Un hombre puede tolerar meditar durante primavera y otoño, pero en verano, cuando enjambres de mosquitos y todo tipo de insectos lo devoran se convierte en algo intolerable. Había años en los que la cara de Da Mo tenía tantas picaduras que se veía hinchada y deforme; pero el se mantenía inalterable, inmerso en su silencio. La región de Shaolin es muy montañosa, rodeada por valles profundos; en el invierno se pueden escuchar lobos, tigres y panteras. Una vez que un joven monje subió a la cueva para llevarle algo de comida a Da Mo y encontró a un lobo que apoyando sus patas en los hombros de Da Mo acercaba su hocico jadeante al cuello del maestro; el joven monje grito con todas sus fuerzas, el lobo aulló y salió corriendo mientras Da Mo seguía inmutable. Durante un invierno ventoso y seco, durante el cual el helado aire del norte soplaba por toda la montaña y ni nieve ni lluvia habían caído; el pasto seco prendió en llamas y en poco tiempo toda la montaña estaba envuelta en fue go. Desde el monasterio, todos podían ver como la entrada el fuego había llegado a la entrada de la cueva, así que varios monjes subieron entre las llamas batallando con el fuerte viento; pero al llegar a la cueva encontraron a Da Mo de cara a la piedra sin señal de movimiento alguno.
Da Mo medito durante un total de nueve años, se dice que después de tres mil días mirando la pared su sombra se marco en la piedra y en esta se puede ver a la figura de un hombre sentado con las piernas cruzadas y las manos al frente juntas en meditación. Después de nueve años de meditación en el lugar la gente comenzó a llamar a la cueva "la cueva de Da Mo". Hoy en día la cueva se puede visitar en el interior del monasterio Shaolin, y frente a esta se encuentra un arco de piedra en el que en su lado sur se encuentran gravadas las palabras "Mo Xuan Chu" - "El lugar de profundo silencio" frase compuesta por Hu Bin, un oficial del gobierno que vivio durante la dinastía Song; y en el lado norte están grabadas las palabras "Dong Lai Zhao Ji" "La marca del principio del este" escritas por Jin Xi de Yandu, durante la dinastía Ming.
En sus últimos años a pesar de estar enfermo visito el monasterio de Qianwang en LUOYANG para realizar una ceremonia budista. Cuando Da Mo dejo este mundo, los otros monjes en el monasterio Shaolin, como una manera de recordarlo removieron la piedra de la pared donde solía meditar. Esta roca ahora se encuentra dentro del monasterio para que todos puedan admirarla. El famoso poeta XiaoYuanji, compuso, en memoria de la piedra, un poema que dice: