El Ying y el Yang

El Yin Yang

La dualidad yin yang es quizá el tema de la filosofía china más difundido en occidente. Por ser patrimonio común a distintas escuelas de pensamiento, este concepto adquiere diferentes matices interpretativos, según se lo considere en el marco doctrinal del taoísmo metafísico o fuera de él.

Como encuadre histórico cabe decir que la llamada escuela yin yang (yin yang chia) se originó en el seno de las primitivas artes ocultas chinas (fang shi), pero significó un avance del pensamiento por liberarse de la superstición y la magia en la comprensión de la naturaleza.

Al hablar de la dualidad yin yang no estamos hablando de principios esotéricos, sobrenaturales, sino de aspectos reconocibles en el mundo fenoménico, en la naturaleza.

Tampoco debemos interpretar yin yang , desde una postura materialista ingenua, como dos entidades o como dos sustancias primigenias. Si bien es admisible referirnos a ello en términos de energía cósmica, el variado significado que adquiere este término y el riesgo de hablar de yin yang como de dos energías, puede ser fuente de confusión.

Yin yang es la dinámica polar inherente a todas las cosas existentes, es la forma dual en que se explicita la Unidad Primordial en el campo del Ser .

El Universo es el producto de la polaridad emergente de la Unidad primordial , y todo cuanto está en él contiene a la polaridad como dinámica esencial de su existencia. Reposo y movimiento, contracción y expansión, condensación y dispersión, retroceso y avance...: desde sus manifestaciones más simples y universales, hasta las más complejas y particulares, en todo ser manifestado se expresará esta polaridad originaria; es a partir de esta interrelación yin yang de los aspectos polares constituyentes del Ser , que se generan todas las cosas que animan el Universo.

Yin yang es una polaridad dinámica complementaria y armónica: la razón de la sombra la hallamos en la luz existente, y lo esencial de la luz es que disipa la oscuridad; de igual modo, retroceder es desandar lo avanzado o expandirse es abandonar un estado de contracción. El significado de cualquiera de ellos deviene de la relación con su opuesto complementario.

El predominio momentáneo de yin sobre yang o viceversa, y las mutaciones del uno en el otro, para explicar todos los fenómenos naturales y las circunstancias de la propia existencia humana, responde a otros desarrollos teóricos de este principio.

El principio yin yang se simboliza tradicionalmente con el círculo dividido en dos mitades por una línea sinuosa en forma de S con una mitad de color negro y la otra de color blanco; el círculo evoca la unidad del universo constituido por los aspectos yin (negro) y yang (blanco) inseparables en toda manifestación de la totalidad; dentro de la mitad de cada color hay un círculo menor del color opuesto en posición central, indicativo de que cada uno de los dos aspectos, en el punto culminante de su despliegue lleva en germen a su opuesto polar para operar su transmutación.

 

 

•  El Yin preside lo que es material, pesado; el Yang lo inmaterial, la energía, lo sutil.

•  El Yin corresponde al estado de reposo, el Yang al movimiento; el Yin a la desaparición y el Yang a la aparición.

•  El Yin es lo que es interior, escondido, profundo; el Yang, exterior, descubierto, superficial.

•  El Yin es hueco; el Yang es relieve.

•  Cada fenómeno puede ser caracterizado por analogía como Yin o como Yang, según la polaridad que manifieste.

•  Alrededor de la tierra se encuentran dos astros importantes, el sol que es Yang y la luna que es Yin.

•  Lo caliente es de naturaleza Yang; el frío que endurece y hiela es Yin.

•  El día es Yang; la noche es Yin. La alternancia y la complementariedad simbolizados por el Tai fi se observan en la alternancia del día y de la noche. Dos momentos cruciales son los comprendidos entre las 23 y la 1 horas y el cenit, entre las 11 y las 13 horas. Cruciales, pues se trata de las horas en que mejor se puede actuar sobre el Yin y el Yang que se encuentran en situación inestable. Estas horas son importantes pues, según los antiguos taoístas, son las más favorables para la práctica del Qi Gong y de la meditación.

•  En la naturaleza, las especies sexuadas: vegetales, animales y seres humanos sufren esta polarización. La hembra es Yin; el macho es Yang.

•  La mujer es Yin; el hombre es Yang. Los órganos genitales de la mujer forman una cavidad en el interior de la cual se esconden las glándulas sexuales. Para el hombre es lo contrario. En la fecundación, el óvulo permanece inmóvil, Yin; los espermatozoides emigran, se desplazan, gracias a un flagelo; son Yang.

•  Fou Hi, el antiguo, representó de forma pictórica estas dos polaridades con un trazo continuo para el Yang y un trazo discontinuo para el Yin.

La extensión del Yin-Yang se aplica también, por analogía, al fenómeno eléctrico entre el polo positivo (Yang) y el polo negativo (Yin); al átomo (núcleo, protón =Yang), electrón (Yin) y al magnetismo: polo norte y polo sur. El cuerpo del hombre responde en sí mismo al principio del Yin-Yang. Este punto es fundamental para seguir la fisiología china en sus aplicaciones en medicina y en la práctica del Qi Gong.

 

Símbolo de la materialización de los fenómenos a partir del Tao

 

Tomemos al hombre de pie: la parte superior de su cuerpo, la cabeza, la parte alta del tronco y los miembros superiores están más cerca del cielo, por la tanto Yang. La parte inferior del tronco, los miembros inferiores hasta los pies, enraizados en el suelo, tocando la tierra, son Yin.

El mismo tronco está dividido en tres niveles:

• Superior (por encima del diafragma) = Cielo = Yang.

• Medio (entre el diafragma y el ombligo) = Hombre = Yin-Yang.

• Inferior (bajo el ombligo) = Tierra = Yin.

Estos tres niveles corresponden a los tres calentadores o triple calentador y finalmente a tres centros energéticos que se tienen en cuenta en el Qi Gong.

Para clasificar las caras anteriores y posteriores del cuerpo, los antiguos se apoyaron sobre la posición del feto, encorvado en el seno materno: la cara anterior y ventral, en flexión, es interna, y por lo tanto Yin; la cara dorsal, posterior, es Yang.

 

Veamos ahora los lados derecho e izquierdo.

Se dice en los textos antiguos que el sabio se coloca frente al sur. En efecto, tomemos al hombre extendido sobre su espalda, con la cabeza al norte para estar en armonía con el magnetismo terrestre. Esta posición es el arquetipo de la posición normal durante el sueño y representa, grosso modo, un tercio de nuestra vida durante el cual nosotros reforzamos y nutrimos esta polaridad.

Si el hombre se levanta de esta posición encara al sur. Acostado o de pie, su lado izquierdo está del lado del este, el lugar donde el sol se levanta, el lado Yang. El lado derecho es aquel donde el Yang declina, lado oeste, lado Yin.

Por último, la cara interna y deflexión de los miembros es Yin , la cara externa y de extensión es Yang. Esta polaridad espacial va a caracterizar naturalmente la de los meridianos que recorren el cuerpo de arriba a abajo, de izquierda a derecha y de delante a atrás (figura 2 l ). Es la prefiguración de la teoría energética y magnética del hombre en fisiología china.

Si tomamos ahora la superficie del cuerpo con relación al interior, la superficie es Yang y el interior es Yin. Es por ello que los meridianos en los que circula la energía (inmaterial), de naturaleza Yang, son considerados como el escudo de defensa de lo que es profundo, escondido, Yin: los órganos.

Para los antiguos, la energía precede a la materia, lo inmaterial controla, induce lo material. Por tanto, los meridianos y los puntos de acupuntura son los lugares por los que se pueden controlar los órganos.

 


 

Consideremos ahora a las vísceras: algunas están llenas y son llamadas nobles pues elaboran; son más materiales; son los Zang, de naturaleza Yin: bazo-páncreas, hígado, riñón, corazón y pulmón. Por oposición, los Fu son entrañas huecas, de tránsito, móviles, sometidas al peristaltismo y por lo tanto Yang: estómago, vesícula biliar, vejiga, intestino delgado y colon.

Algunas vísceras están en la parte alta del tronco y componen el calentador superior. Son más Yang que aquellas colocadas en la parte baja en el calentador inferior.

En la naturaleza, el arquetipo, el símbolo o el emblema de lo que es Yang es el sol, el calor, el fuego. El corazón colocado arriba, representa al sol en el organismo, al núcleo, al soberano; es pues de la misma naturaleza que el fuego. Calienta el organismo enviando la sangre a todas partes.

El emblema del Yin es la luna, el frío; el agua es capaz de apagar el fuego. El riñón colocado abajo, representa la luna, al Yin; es de la misma naturaleza que el agua. Enfría el organismo reteniendo y reabsorbiendo el agua del cuerpo.

Consideremos a continuación el Qi de cada órgano. Este Qi efectúa operaciones metabólicas. Algunas van en el sentido de acelerar la fisiología del cuerpo, otras van en el sentido de ralentizarla. Cada órgano tiene pues una actividad que aumenta el Yang. A esto lo llamamos respectivamente el Yang del corazón, el Yang del bazo, etc. llamamos a la raíz del órgano que aumenta el Yin: el Y¡n del hígado, el Yin del riñón, etc...

 

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